Han pasado más de 30 años desde que se lanzó el primer juego de la saga Zelda, y esta franquicia sigue siendo una de las más emocionantes y queridas por los fans de los videojuegos en todo el mundo. La última entrega de la serie, The Legend of Zelda: Breath of the Wild, recibió elogios por los gráficos impresionantes, el mundo abierto y la jugabilidad innovadora. Sin embargo, hoy quiero hablar sobre lo que se siente volver a jugar el primer Zelda, el juego que inició todo, después de tantos años.
Por cierto. En nuestra tienda de coleccionables de anime y videojuegos ya puedes encontrar la nueva espada de Zelda: Tears of the Kingdom.
En mi caso, mi primera experiencia jugando a Zelda fue en el año 1998. Tenía apenas seis años y mi hermano mayor me regaló su vieja Nintendo Entertainment System junto con varios juegos, entre ellos The Legend of Zelda. Fue amor a primera vista. La aventura épica de Link para rescatar a la princesa Zelda de las garras del malvado Ganon me cautivó por completo. Aunque en aquel entonces no llegué muy lejos en el juego, siempre guardé un cariño especial por él.

Recientemente, volví a jugar al primer Zelda gracias a la Consola Virtual de Nintendo en mi Nintendo Switch. Fueron necesarios unos minutos para recordar cómo funcionan los controles y entender el objetivo del juego, pero una vez que volví a estar en Hyrule, la nostalgia me embargó por completo. La música de fondo, el diseño de los personajes y la atmósfera general del juego me transportaron de vuelta a mi infancia, donde pasaba horas disfrutando de este clásico.
La jugabilidad puede parecer un poco anticuada hoy en día, pero sorprendentemente sigue siendo muy entretenida. Me sorprendió lo bien que se ha mantenido el diseño de niveles del juego, que todavía ofrece desafíos emocionantes y una exploración gratificante. A pesar de los cambios significativos que ha experimentado la serie a lo largo de los años, como los gráficos mejorados, la inclusión de múltiples personajes jugables y un mundo abierto, el primer Zelda es todavía un juego impresionante por su simplicidad y efectividad.
Sin embargo, lo que más me emocionó de volver a jugar al primer Zelda después de muchos años es ver cuánto ha influido en la serie en general. Muchas de las cosas que se consideran características icónicas de Zelda se originaron en este primer juego. La música bellamente compuesta, los acertijos ingeniosos y la variedad de armas y ventajas en la lucha contra los enemigos son todas cosas que se han convertido en sellos distintivos de la serie, pero que tuvieron su origen en el primer juego.
Jugar al primer Zelda después de tanto tiempo me ha hecho darme cuenta de la importancia de este juego no solo en la serie Zelda, sino en los videojuegos en general. Se ha establecido como un clásico para muchas generaciones y ha dado forma a la forma en que se desarrollan los juegos de aventuras hoy en día.
La nostalgia ha influido en mi reacción ante el primer Zelda, pero también siento emociones nuevas y frescas al jugarlo de nuevo. Algo en el juego me hace sentir como si estuviera en lugar seguro, en un tiempo en el que las cosas eran más simples. No sé exactamente qué es, pero hay algo en la sensación del juego que me hace querer seguir jugando, incluso si esto significa morir en la batalla una y otra vez.
En resumen, volver a jugar al primer Zelda después de muchos años ha sido una experiencia emocionante y nostálgica. Me ha hecho apreciar más la serie en general y entender lo influyente que ha sido este juego en los videojuegos en general. Si eres un fan de la serie Zelda y aún no has jugado el primer juego, te recomiendo encarecidamente que lo pruebes y veas por ti mismo cómo comenzó todo. Y si ya lo has jugado antes, ¿por qué no volver a él y experimentar la nostalgia y la emoción todo de nuevo?